En el año 1988, un cachorro muy especial llegó a las instalaciones del Club. Su aliento, apoyo incondicional e identificación por el equipo le hicieron ganarse el cariño de jugadores y afición. Con el tiempo, fue adoptado por la tropa regiomontana y su fanaticada que, al darle cariño, croquetas y compartir la pasión por el rey de los deportes, dieron vida al "Perro Sultán", la mascota más icónica del béisbol nacional que por más de tres décadas ha sido el fan número uno de los Sultanes de Monterrey.